Eran pasadas las once de la mañana del pasado jueves, cuando me encontraba trabajando en el diseño de una pantalla de consulta para al Área Comercial de la empresa cuando sonó el teléfono; “Aló” dije con duda pues el teléfono no me era familiar, “Si gracias, ¿Hablo con Cesar Alfaro?” me dijo amablemente una voz femenina, “Si, a la orden” conteste pensando se trataba de una tarjeta de crédito que me ofrecerían; “Le llamo de parte del señor Willie Maldonado, quiere hablar con usted, permítame”, “Si claro” contesté sorprendido, y pensé de inmediato que quizá necesitaba contactar a mi hermano o a mi Papá y no había podido localizarlos por teléfono, también pensé que quizá me haría algún comentario del Concierto con la Orquesta Platinum que se había ofrecido tres días antes, al cual asistió y en el cual nos saludamos brevemente y de lejos al finalizar el show, en eso me contestó y me dijo “Hola, ¿Cómo estás?”, “Bien gracias, Que gusto saludarle y que sorpresa Don Willie! ¿En qué puedo servirle?”, “Bueno, quería saber si podes venir esta tarde al estudio para que probemos grabar un comercial”, ¡Claro que por supuesto que sí! Dije en mi mente, y le contesté “Claro que sí, pero, ¿a qué hora me necesita?”, “A las 5:30 p.m.”, “¡Ok, perfecto! Cuente conmigo” le dije muy entusiasmado, me dio la dirección y nos despedimos.
En ese momento me quede pensando en muchas cosas, y no dejaba de dar vueltas en mi cabeza lo bueno que Dios ha sido conmigo todo este tiempo, y todo lo bueno que me ha dado a través del trabajo y la experiencia adquirida, me sentí muy satisfecho y feliz por la oportunidad, y pensé en que después de haber grabado con Gerardo Parker y con Roberto Salamanca, hacerlo con Don Willie sería sin duda una experiencia invaluable.
Exactamente a las 5:20 p.m. llegué en mi vehículo a los “Estudios Doble V”; y mientras me parqueaba, vi bajarse de su carro a Marinella Arrué, y me dije “Dios, seguro estará en la grabación, ¡Qué bien!”, me baje del carro con el Mocaccino que me había comprado para calmar los nervios, tomé aire y me dirigí a la puerta, donde una amable señora me recibió y al preguntarme mi nombre y a quien buscaba me dijo “Pase a la sala, se va a llevar una sorpresa”, “Gracias” le dije sorprendido, al abrir la puerta de la sala me encontré con mi hermano, ambos nos alegramos y sorprendimos pues ninguno de los dos sabíamos que coincidiríamos ahí, debo confesar que me sentí reconfortado al encontrar a mi querido hermano ahí. Platicamos un rato y luego entro Marinella, a quien admiro mucho, mi hermano nos presentó y nos pusimos a platicar, en eso, muy apurada, entro a la sala Mónica Argueta, con quien ya habíamos coincidido en el Estudio de Gerardo Parker; todo me resultó muy emocionante porque nuevamente tendría la oportunidad de grabar con grandes voces, pero sobre todo con grandes personas.
Luego llegó el momento, nos hicieron pasar a la sala de grabación donde ya nos esperaba David Cabezas, “El inge”, quien muy amablemente nos recibió y nos dio la guía del comercial que se grabaría. El ambiente era muy agradable, comenzando por las ocurrencias de Mónica, el buen humor de Marinella y mi hermano, y la cordialidad del Ing. Cabezas.
Con el jingle medio masticado en la mente, pasé junto a Marinella, Mónica y mi hermano, a colocarme frente al micrófono; nuevamente con los audífonos puestos, la letra en el atril, y todo el deseo de hacer bien las cosas. Comenzábamos a trabajar la parte inicial del coro cuando Don Willie apareció del otro lado del vidrio; saludó a todos desde ahí y luego se nos acercó; “Bienvenido” me dijo dándome la mano; luego, continuamos con la grabación. Definitivamente me sentía nervioso y como “Pollo comprado” teniendo a la par y del otro lado del vidrio a gente con mucha experiencia en el negocio.
“Hagámoslo de nuevo” decía David, mientras Don Willie supervisaba el trabajo. En las pausas se hacía chiste de alguna situación, Mónica salía con una ocurrencia y Marinella remataba con algún comentario, mi hermano se reía y jugaba con el teléfono de Marinella, mientras yo gozaba el momento, de pronto, comenzaba a vibrar el teléfono de Marinella o el de Mónica que estaban dentro de la sala, y de pronto sonaba el de mi hermano y hasta el mío que estaban afuera.
“Tienen que ajuelgar la voz” decía el Ing. Cabezas mientras se doblaba un coro, yo me quedé con cara de “¿Qué?” y Don Willie que noto mi duda me pregunto desde los controles: “Cesar, ¿Sabes que es ajuelgar?”, a lo que respondí que no, entonces pidió que me explicaran, y Marinella me explicó dándome un ejemplo claro, y ya con eso pude hacerlo en forma correcta. Escribiendo esto pienso o me imagino que algunas de las personas que leen mi Blog y ya tienen experiencia en grabación estarán pensando o diciendo “¡No es para tanto!”, pero no importa, mi respeto para ellos.
La sesión de grabación en Estudios Doble V fue algo muy importante para mí, por todo lo que implicó: Experiencia, aprendizaje, responsabilidad y profesionalismo; y estando parado ahí a la par de mi hermano, mi mente comenzó a dibujar escenas en mi cabeza, imaginando a mi Padre parado frente al micrófono muchos años atrás y Don Willie del otro lado del vidrio a cargo de la grabación, y pensé en que quizá mi Papá nunca se imaginó que algún día, sus hijos tendrían la misma experiencia. Que puedo decir, me sentí orgulloso, de seguir junto con mi hermano los pasos de mi Papá y por supuesto, de tener el privilegio de haber grabado en Estudios Doble V, con toda la experiencia de Don Willie, el trabajo profesional del Ing. Cabezas, al lado de mi querido hermano, Marianella y Mónica.
En ese momento me quede pensando en muchas cosas, y no dejaba de dar vueltas en mi cabeza lo bueno que Dios ha sido conmigo todo este tiempo, y todo lo bueno que me ha dado a través del trabajo y la experiencia adquirida, me sentí muy satisfecho y feliz por la oportunidad, y pensé en que después de haber grabado con Gerardo Parker y con Roberto Salamanca, hacerlo con Don Willie sería sin duda una experiencia invaluable.
Exactamente a las 5:20 p.m. llegué en mi vehículo a los “Estudios Doble V”; y mientras me parqueaba, vi bajarse de su carro a Marinella Arrué, y me dije “Dios, seguro estará en la grabación, ¡Qué bien!”, me baje del carro con el Mocaccino que me había comprado para calmar los nervios, tomé aire y me dirigí a la puerta, donde una amable señora me recibió y al preguntarme mi nombre y a quien buscaba me dijo “Pase a la sala, se va a llevar una sorpresa”, “Gracias” le dije sorprendido, al abrir la puerta de la sala me encontré con mi hermano, ambos nos alegramos y sorprendimos pues ninguno de los dos sabíamos que coincidiríamos ahí, debo confesar que me sentí reconfortado al encontrar a mi querido hermano ahí. Platicamos un rato y luego entro Marinella, a quien admiro mucho, mi hermano nos presentó y nos pusimos a platicar, en eso, muy apurada, entro a la sala Mónica Argueta, con quien ya habíamos coincidido en el Estudio de Gerardo Parker; todo me resultó muy emocionante porque nuevamente tendría la oportunidad de grabar con grandes voces, pero sobre todo con grandes personas.
Luego llegó el momento, nos hicieron pasar a la sala de grabación donde ya nos esperaba David Cabezas, “El inge”, quien muy amablemente nos recibió y nos dio la guía del comercial que se grabaría. El ambiente era muy agradable, comenzando por las ocurrencias de Mónica, el buen humor de Marinella y mi hermano, y la cordialidad del Ing. Cabezas.
Con el jingle medio masticado en la mente, pasé junto a Marinella, Mónica y mi hermano, a colocarme frente al micrófono; nuevamente con los audífonos puestos, la letra en el atril, y todo el deseo de hacer bien las cosas. Comenzábamos a trabajar la parte inicial del coro cuando Don Willie apareció del otro lado del vidrio; saludó a todos desde ahí y luego se nos acercó; “Bienvenido” me dijo dándome la mano; luego, continuamos con la grabación. Definitivamente me sentía nervioso y como “Pollo comprado” teniendo a la par y del otro lado del vidrio a gente con mucha experiencia en el negocio.
“Hagámoslo de nuevo” decía David, mientras Don Willie supervisaba el trabajo. En las pausas se hacía chiste de alguna situación, Mónica salía con una ocurrencia y Marinella remataba con algún comentario, mi hermano se reía y jugaba con el teléfono de Marinella, mientras yo gozaba el momento, de pronto, comenzaba a vibrar el teléfono de Marinella o el de Mónica que estaban dentro de la sala, y de pronto sonaba el de mi hermano y hasta el mío que estaban afuera.
“Tienen que ajuelgar la voz” decía el Ing. Cabezas mientras se doblaba un coro, yo me quedé con cara de “¿Qué?” y Don Willie que noto mi duda me pregunto desde los controles: “Cesar, ¿Sabes que es ajuelgar?”, a lo que respondí que no, entonces pidió que me explicaran, y Marinella me explicó dándome un ejemplo claro, y ya con eso pude hacerlo en forma correcta. Escribiendo esto pienso o me imagino que algunas de las personas que leen mi Blog y ya tienen experiencia en grabación estarán pensando o diciendo “¡No es para tanto!”, pero no importa, mi respeto para ellos.
La sesión de grabación en Estudios Doble V fue algo muy importante para mí, por todo lo que implicó: Experiencia, aprendizaje, responsabilidad y profesionalismo; y estando parado ahí a la par de mi hermano, mi mente comenzó a dibujar escenas en mi cabeza, imaginando a mi Padre parado frente al micrófono muchos años atrás y Don Willie del otro lado del vidrio a cargo de la grabación, y pensé en que quizá mi Papá nunca se imaginó que algún día, sus hijos tendrían la misma experiencia. Que puedo decir, me sentí orgulloso, de seguir junto con mi hermano los pasos de mi Papá y por supuesto, de tener el privilegio de haber grabado en Estudios Doble V, con toda la experiencia de Don Willie, el trabajo profesional del Ing. Cabezas, al lado de mi querido hermano, Marianella y Mónica.
Muchas Gracias a Don Willie Maldonado por haber incluido esta nota en una sección de su programa "Fin de Semana", pueden visitar el sitio y la nota AQUI
Pueden visitar el sitio de Estudios Doble V y el Sitio de Marinella Arrué.
César Alfaro
Marzo 2009.